Parashot Vaietze – 5782

En la huida de su muerte por mano de Esav, Iahcob llegará al monte Moria, y tendrá un sueño que le abrirá las puertas del Cielo. Habrán angeles despidiéndolo de la Tierra Prometida y habrán angeles que lo acompañarán en la tierra a la cual viaja en busca de esposa.

El proceso de crecimiento para su alma lo tendrá veinte años con la familia de Laban, un hombre que será en buena medida su maestro, ya que con él aprenderá el dolor que le causo a Esav al suplantarlo en la bendición patriarcal, y con quien trabajará por sus esposas por catorce años. Luego al querer volver a su tierra natal, Iahacob será envidiado por su propio patrón, Laban, quien miró con desagrado cuanto Iahacob había sido bendecido.

Al regreso  a la Tierra Prometida, Iahacob divisa la compañía de ángeles que le esperan. Asimismo, Yeshua HaMashiaj en el encuentro con Natanael, le dice que es un verdadero israelita pues lo vio sentado bajo la higuera , es decir, bajo la Tora esta el reposo de Natanael.

Este sorprendido lo declara Mesías, y Yeshua le recuerda el sueño de Iahacob, indicando que si vive la Tora como el la ensaña, siendo el Mesías, entonces verá como se le abren las Puertas del Cielo para su alma…y para todas las almas que así lo hagan.

Con inmenso amor
Iosef Shemi
Rabino