A través de la comprensión de la Tora y de la interpretación de ella por el pueblo judío, pueblo donde nació, vivió, enseñó y murió Yeshua, podremos comprender con exactitud los escritos que hablan de él.
ALa historia de la vida de Iosef muestra el concepto del tzadik, justo, que con su padecer se convierte en salvación para su familia y su pueblo. Las vicisitudes vividas por él, van de la mano del amor que tuvo Iahacob para Iosef, su hijo.
Bereshit (Génesis) 37:1 comenzará el relato de los acontecimientos que sucederán para cumplirse lo que Adonai anticipó a Abraham: tu descendencia sería esclava en Egipto por cuatrocientos años.
Así, el versículo 1 dice que Iahacob se asentó en la tierra de las moradas (megurei) de su padre, en la tierra de Canaan.
La palabra megurei refiere al temor de Itzjak, y el temor de Itzjak puede ser el temor de Di-s o el temor a Di-s.
Siendo Itzjak, en el desarrollo místico judío, la representación del juicio divino, el temor (concebido como respeto a la autoridad y la toma de conciencia de que el hombre tiene sobre sí al Cread-r).
El temor de dios es el punto mas alejado de la escalera que Iahacob soñó, corresponde a la afirmación del ego, de la identidad del hombre como mundo total, y por lo tanto, salirse de la escalera es similar a la separación o el abismo.
Por otro lado, el temor a Di-s, es lo que conduce al hombre a ascender desde el abismo de la separación entre el hombre y Di-s, a las más altas esferas de la realización del potencial de la dimensión espiritual.
El temor a Di-s no implica tristeza, sino lo opuesto, justamente el nombre Itzjak implica gozo, alegría. Por lo tanto, el atributo de justicia divina une la conciencia vivida de Di-s como Rey y Señor, y la alegría plena que alcanza el justo.
Ahora es interesante que el versículo 1 de este capítulo, diga dos veces lo mismo, que Iahacob estaba en la tierra de las moradas de su padre, y que diga la tierra de Canaan, ya que sabemos que Itzjak nunca abandonó la tierra prometida a Abraham y a su descendencia.
Esta repetición, además de ser un signo del idioma hebreo (se repite para enfatizar) nos indica que si bien estaba viviendo en la tierra de su padre, lo hacía con la cualidad distintiva de su padre también.
Ahora bien, luego de los sueños de Iosef y la decisión de sus hermanos de deshacerse de él, observamos en el mismo capítulo 37 versículo 24, que fue arrojado a una cisterna vacía, no había agua en ella.
Las cisternas son los lugares de donde se extrae agua, si estaba vacía, obviamente es que no había agua.
Una vez más se conjuga el idioma hebreo (la repetición implica enfatizar) con un significado profundo: Iosef ha sido arrojado al abismo, ha sido separado de los suyos, y en la oscuridad deberá comenzar un largo y duro camino para hallar la luz.
Iosef se sentía diferente, distinto a sus hermanos, recibía las atenciones de su padre, tuvo sueños que contó con alegría mostrándose en el centro de su familia y con poder sobre los suyos, su ego lo separaba del temor a Di-s.
La cisterna estaba vacía de agua, Iosef fue arrojado al abismo del ser, del ego, el hombre sobre el hombre y sobre Di-s, y de allí debería emerger a la luz. No había agua, el Ruaj HaKodesh le fue retirado (según interpreta el midrash, estuvo allí por tres días), ya que el agua es en el misticismo judío el Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo).
Así, de esta rencilla entre hermanos, motivada por el choque de los egos de la familia, surgirá el esfuerzo de un Justo, un Tzadik, Iosef, que luego de distintas experiencias, se convertirá en la salvación para los suyos ( Bereshit 45:5),y en el concepto de aquel que sufre para elevar a los suyos, que habiendo sido rechazado por los suyos, es el que Di-s envió para elevar a los suyos, y los suyos dependerán de él.
Por ello, Iosef el justo, es el origen del concepto de Mashiaj ben Iosef, el Mesías hijo de José. Aquel que pese a ser separado, guiará a su pueblo a la Gueula (redención) a través del Temor a Di-s.
Iojanan, Juan, en su besorá ( evangelio), luego de narrar la entrada de Yeshua a Yerushalaim, en el capítulo 12, contará una disputa interpretativa con sus oyentes: Yeshua se presenta como el Hijo del Hombre que será levantado, es decir, como Mashiaj ben Iosef, el justo que sufre para elevar a su pueblo.
El pueblo de Israel, cansado de tanto oprobio de parte de la ocupación romana, veía con ansiedad la llegada del Mesías, pero se disputaba sobre la interpretación de qué viene a concretar, siendo la mayoría partidario de los logros mesiánicos: redención, libertad, construcción del templo, reunión de las tribus perdidas y una nueva era de paz.
Ante tales expectativas, Yeshua insiste en que él es el Mesías, y que su primer parte en el rol de tal, es descender para ascender a su pueblo.
En el versículo 36 de este capítulo, Iojanan hace uso de dos términos, dice de Yeshua que se fue y se oculto.
Vemos inmediatamente que existe una redundancia en el relato, como señalamos en este texto al hablar de Iahacob.
La interpretación clásica, enlodada en el antisemitismo, plantea que Yeshua se ocultaba de los judíos porque estos querían matarlo, entonces se fue de la escena de la discusión y se oculto para que no lo maten.
Hay una pregunta muy simple que debemos hacernos: en una época en que las ciudades eran pequeñas, se trasladaba a pie o a tracción a sangre, cómo puede una persona pública ocultarse (ya que las multitudes lo seguían, a favor o en contra), es decir, ir a un lugar donde nadie supiera que estaría?
Por lo tanto, Iojanan, el místico, al escribir su besorá esta narrando una afirmación y refuerza el texto con la repetición de irse y ocultarse, enfatiza el diálogo previo, donde Yeshua se presenta como Mashiaj ben Iosef.
Para hacer esto, Iojanan deja de narrar los hechos de Yeshua y pasa a describir las profecías dadas por Di-s referentes al tropiezo de Israel con la primer venida del Mashiaj, reforzando que no solo esto estaba anticipado por Di-s y por ende es su voluntad, sino que al cerrarse el entendimiento de los líderes, se habría la posibilidad de la aceptación de Di-s del arrepentimiento del Pueblo de Israel por los pecados del mismo pueblo y de la humanidad en general.
En la interpretación de la Tora , es muy fácil darse cuenta que lo que se oculta de Di-s es su rostro, cada vez que Israel se aleja de El. Justamente, Di-s dijo claramente en el capítulo 32 del libro de Devarim (Deuteronomio), que ocultará su rostro a Israel y lo provocará a celos con un pueblo que no es pueblo, hasta que Israel haga teshuva (volver a los caminos de la Tora ).
Entonces Iojanan al ser testigo de lo que sucede en la vida de Yeshua HaMashiaj, interpreta el cumplimiento de lo revelado por Di-s a Moshe y a los profetas. El Mashiaj vino a cumplir con su rol de siervo sufriente, enseñó las claves interpretativas de la Tora, y perece desechado por su pueblo, alejado de su gente, pero en su sufrimiento y acción emerge como aquel que por su llaga fuimos curados , según Ieshaiahu (Isaías ) 53.
Y mientras El enseñaba,¿ Quienes le seguían?
Según Iojanan, la multitud que le esperó al ingreso de Yerushalaim, es decir, el pueblo de Israel, algunos fariseos, algunos escribas, y parte de las autoridades.
Iojanan 12:42 aclara que estas autoridades no querían hacerlo públicamente, porque serían expulsados de las sinagogas (estaban a cargo del grupo de los Fariseos), y que prefirieron mantener en secreto su seguimiento a Yeshua.
Las autoridades, dado el contexto de los hechos y la discusión respecto a que era o no era el Mashiaj no eran los romanos, ¿qué sabían los romanos sobre el tema?, sino los integrantes del Sanedrín, autoridad legal religiosa del Pueblo de Israel.
Todo estaba listo entonces para que esa generación viera claramente las Escrituras, entendiera el mensaje de Yeshua e interpretaran y vivieran la Tora según las claves que iba dando en sus enseñanzas, pero al Ocultarse el Rostro de Di-s, solo un pequeño grupo entendió, y una vez mas , se repitió la historia de Iosef, pero ahora con el Mashiaj: sus hermanos lo desecharon en nombre de las profecías del siervo triunfante, siendo mas importante la victoria de Israel que la corrección de la interpretación de la Tora.
Este es el riesgo de amar más el ser, el ego, que la unidad o adherencia a Di-s.
Ya llevamos dos mil años de exilio de Mashiaj, es tiempo de rogar a Di-s que no Oculte mas su Rostro, y que con humildad reveamos a Yeshua Hamashiaj.
Bendita la generación justa del Pueblo de Israel que llore por los sufrimientos de Mashiaj Ben Iosef y él nos dirá (como Iosef lo hizo al revelarse a sus hermanos): no discutan entre uds ahora que me reconocen, soy yo Yeshua y todo ha sucedido según la Voluntad de Di-s, para la salvación de Israel y la concreción de tikun aholam (restauración de todas las cosas).
Iosef Shemi
Rabino
Comunidad Beit Sar Shalom
Argentina