Hekev 5783
Haftara: Ieshaiahu , Isaías, 49:14-51:3
Masei Shelajim, Romanos 8:31-39
Caminando en los mandamientos que HaShem ha dado a Israel, se abren las puertas de un futuro venturoso: conocemos el amor Divino y la braja, bendición, que llega de El. El éxito se compone de la paz interior y de la confianza de que todo esta siendo dirigido desde el Cielo.
HaShem deja en esta parasha una enseñanza para todas la vidas: así como Israel estuvo en el desierto cuarenta años y fue alimentado y protegido por El, así cada uno de todas las almas vive experiencias en su camino, en ambos casos es para ser enseñados. El triunfo de lo que hacemos no es nuestra victoria, sino lo que fluye para el hombre que proviene del mismo Cielo. Nuestra existencia físico no se completa solo con el alimento, sino con la Palabra de HaShem, viviendo la Tora. Cuarenta días estuvo Moshe sin comida ni bebida, rogando por el perdón a Israel, luego del error del Jag Haeguel, becerro de oro, y HaShem entregó por segunda vez Haseret HaDibrot, los diez mandamientos.
Yeshua HaMashiaj estuvo cuarenta días en el desierto, sin comida ni bebida, y cuando sintió hambre, pronunció las palabras de esta parasha: no solo de pan vive el hombre, sino de la Palabra de HaShem.. El numero cuarenta, implica en la interpretación rabínica, una nueva etapa, un momento de profundidad en la sabiduría. El sendero de la vida de cada hombre, tiene espacios de desierto y recompensa, y en todos ellos se puede percibir la protección del mismo HaShem, cada etapa abre las puertas a la siguiente.
Lo que se cree justo, bueno y correcto, que lleva a la victoria, no es solo el esfuerzo que se hace, sino la convicción de que comprometidos con la Palabra Divina, todo muestra el mejor resultado y las mejores oportunidades para vivir la Paz que fluye de HaShem.
Con inmenso amor
Iosef Shemi
Rabino